Curioso caso el de John Wilson. Un cineasta perplejo y sutil que desfila por la ciudad como un fantasma entrañable. En este manual que podéis encontrar en HBO, desglosará paso a paso su personal versión de la ciudad de Nueva York y la gente que la habita.
En cada episodio, John Wilson parte de una chispa y lo que sucede después, sencillamente, os sorprenderá. Son premisas pequeñas y a priori sencillas, de las que el protagonista se sirve para trazar un recorrido errático por la psique de una ciudad caótica y demencial.
En el primer episodio “Cómo iniciar una pequeña conversación” ya asoma la magnitud de lo que está por venir. La forma en que John deambula por el asfalto y los testimonios que recoge, configuran un mapa de las ausencias de toda gran ciudad. Y da que pensar si acaso no estamos todos rodeados habitualmente de situaciones de semejante calibre solo que ya hemos perdido la ingenuidad necesaria para verlas.
En el segundo episodio “Cómo montar un andamio” la orquesta ya está afinada y de nuevo nos regala un tratado sobre la ciudad contemporánea. Empieza con un collage de situaciones inverosímiles que se producen bajo los andamios y las piezas van encajando hasta llegar al centro del abismo humano en una convención de andamios en Nueva Orleans.
El resto de episodios nos ofrecen una inmersión sucesiva en sus anhelos e intereses. Si has entendido el juego que propone, prepárate para un deleite continuo y creciente hasta el episodio final: “Cómo cocinar el risotto perfecto”.
De nuevo comienza con una premisa a priori intrascendente, para acabar con una moraleja universal y en parte descorazonadora. Y esa es su magia, dejar que el agua se caliente hasta que no notes que estás ardiendo. Recorres en cada episodio una ciudad distinta porque el objetivo está puesto en otra parte, porque la gente ha cambiado, incluso tú lo has hecho. Y a cada paso, como si hubieras limpiado el fondo de ti mismo, vas entendiendo las claves del espectáculo que es cualquier vida. También la tuya.