Victoria

James Lasdun. De Conatus 2021. Traducción de Javier Calvo

Mi aproximación a Victoria era, he de confesar, un tanto escéptica. Me lo habían recomendado como “El #MeToo narrado desde una perspectiva masculina”, y yo sospechaba que en ese relato podían deslizarse las consabidas dosis de victimismo, pero eso era porque no conocía a James Lasdun. De modo que tuve que tragarme mis prejuicios, uno por uno, y muy gustosamente.

Victoria se compone de dos novelas cortas: Gloria emplumada y La siesta de un fauno. Independientes, sin relación en la trama ni en los personajes, pero complementarias. Las dos giran en torno a las relaciones entre los hombres y las mujeres, un tema que obsesiona al autor. Y en ambas hay una presencia animal enigmática y poderosa que actúa como catalizadora de la evolución psicológica de los personajes.

En Gloria emplumada, una historia del pasado y una mentira de largo recorrido sacuden los cimientos de un matrimonio aparentemente sólido y estable. El relato está narrado a dos voces, los dos miembros de la pareja, que exponen sus vulnerabilidades e inseguridades respecto al otro. Una mujer con carencias afectivas atrapada en un matrimonio al que le empieza a ver las costuras; y un hombre que sobrelleva su existencia en una nebulosa de ambigüedad moral y autocomplacencia.

Con una profunda delicadeza, aborda reflexiones sobre la vejez, la “utilidad” biológica de la mujer en cuanto madre, y qué ocurre cuando ya no puede ejercer ese papel; sobre la masculinidad tóxica y la necesidad de cuidar y ser cuidados.

En La siesta de un fauno, un famoso periodista es acusado de una violación, presuntamente acaecida cuarenta años antes. En torno a ello, Lasdun disecciona cómo han cambiado los códigos de las interacciones entre hombres y mujeres, qué pasa cuando se victimiza al agresor y se silencia a la víctima; y qué mecanismos de poder se suelen esconder detrás de esto. Asimismo, indaga en los parámetros que rigen las relaciones masculinas, cuál es el grado de profundidad y sinceridad al que estas pueden llegar. Mención aparte merecen las referencias tangenciales a la campaña presidencial (y posterior victoria) de Donald Trump, que desembocan en una última página que aún me pone el vello de punta.

Dice el propio autor que este libro trata “de las conversaciones que tienen los hombres entre ellos, y las que no tienen con las mujeres”; y seguramente en eso se puedan resumir los dos problemas que aborda. Ninguna de las dos historias nos da respuestas, sino que nos plantea infinidad de preguntas, de forma extraordinariamente inteligente y sensible. Afirma Joyce Carol Oates que en Victoria James Lasdun “trata de forma directa el drama de la perspectiva”. Y es que, como vaticina el narrador de La siesta de un fauno, “la responsabilidad de creer recae por completo en quien cree”. Y esto, en efecto, es un drama.

Compártelo