Fuckable Men

Marta encuentra entre sus cosas una libreta de cuando era adolescente. En ella están apuntados los nombres de 100 hombres con los que se plantea encuentros de distinta naturaleza.
Marta Díez San Millán

10/100. Joseph Fiennes

Nombre real:Joseph Alberic Twisleton-Wykeham-Fiennes

Edad actual: 51 años

País: Reino Unido

Altura: 1’83 m

Joseph bebía los vientos por mí que daba apuro verlo. No se le caían los anillos -y tenía más anillos que dedos, el fulano- por recitarme sus excrecencias líricas en público. Escribía poemas en prosa que a mí me parecían una ganga de literarura automática; un al tuntún muy poco ético para una cateta como yo, ¿qué te digo? Como si alguien te dibuja una polla en una servilleta con los ojos cerrados y luego te pretende cobrar un euro. Y es que encima el tío se hacía polvo puro declamando para intentar activar mi pulsión erótica a través de metáforas tan aparatosas que harían sobrio a Paco Clavel. Yo me pellizcaba el muslo retorciendo para eclipsar el dolor de la vergüenza ajena cada vez que hacía aquello del mohín insufrible; sí, ya sabes, lo de estirar el cuello cisne y tragar denso con la mano agarrada al pecho. El tipo no me podía caer peor, la verdad.

Muchas de nuestras veladas en el Gran Café culminaban conmigo arrancándole el papel manuscrito de las manos y rompiéndolo muy lentamente, en muchos pedazos, mirándole fijamente a los ojos, haciendo mucho ruido al rasgar su obra y susurrando a un palmo de su cara: “Va-ya-pu-to-tru-ña-zo-de-mi-er-da-tí-o.” Hasta que se echaba a llorar muy amargo y muy sentido. Lloraba de verdad, sufriendo. Jodido. Muy. Y de pronto, entonces, de aquel dolor corito -visto desde mi mezquindad emocional- surgía desorbitadamente sexy y real, sin la más remota afectación. Sin alharacas de mierda.

Yo arrojaba con desdén al suelo su lírica hecha añicos y recogía la mano que le tapaba la cara de derrota para enchufármela directamente entre las piernas. Y una vez instalada allí su mano, él pasaba naturalmente del drama amargo a la lujuria más visceral. Y me corría viva. Y me levantaba. Y me iba. Y lo dejaba allí solo, triste y cachondo. Como un perro. #100Fuckableguys #JosephFiennes #morbito